lunes, 30 de agosto de 2010

Nietzsche sentado a la sombra de Venecia

 Aquí estaba sentado, esperando, esperando -a nada-,
más allá del bien y del mal, pronto la luz clara
gozando, pronto la sombra, todo puro juego,
mar y melodía, todo tiempo sin meta.

¡Y de repente, amiga! ¡Uno se convirtió en dos,
y pasando por delante de mí, Zaratustra se fue...

No hay comentarios: