viernes, 23 de abril de 2010

Francis Bacon: una entrevista


Dos meses antes de su muerte, el pintor irlandés más importante del siglo XX fue entrevistado por el fotógrafo Francis Giacobetti. Francis Bacon murió en 1992. Toda su vida estuvo fascinado por las imágenes fotográficas, y él mismo fue fotografiado una y otra vez (por Cecil Beaton, Bill Brandt, Richard Avedon, John Deakin, por nombrar sólo los más famosos). Por ello, no es extraño que los últimos meses de su vida los haya pasado con el fotógrafo francés Francis Giacobetti, mientras éste tomaba fotos experimentales de él.

Bacon fotografiado por Francis Giacometti:





A continuación, un extracto de sus últimas conversaciones mantenidas con Bacon.

Francis Giacobetti: ¿Naciste artista?

Francis Bacon: No creo que los artistas nazcan; pienso que viene de una mezcla del ambiente que te rodea, la gente que conoces, y la suerte. No es hereditario, gracias a Dios. Pero “artista” es una palabra muy grande; hay muy pocos pintores que son realmente artistas. Pero, por otra parte, existen artesanos que trabajan con madera o vidrio que son genuinos artistas. El instinto creativo realmente existe. Eso es lo que me hace lque me evante todas las mañanas y lo que me fuerza a pintar, de otro modo sería una prostituta. Picasso discutió esto acaloradamente en la película de Clouzot…

FG: ¿Por que pintas? ¿Para quién?

FB: Pinto para mí mismo. No sé hacer otra cosa, de todos modos. Además, tengo que ganarme la vida y ocuparme en algo. Creo que todas las acciones humanas están diseñadas para seducir, para complacer. Pero eso ya no me importa más. Quizás al principio pintaba para ser amado… sí, eso es ciertamente así. Es tan bonito ser amado. Ahora no me importa. Soy viejo. Al mismo tiempo, es placentero cuando a la gente le gusta lo que haces. Hoy pinto muy poco, aunque sigo pintando en las mañanas porque no puedo parar; o pinto cuando estoy enamorado, quizás, pero ahora ya es muy tarde. Soy muy viejo.
Estos días parezco un viejo pájaro. Tengo casi 82, estoy perdiendo la memoria, he estado seriamente enfermo durante dos años. Sufro de ataques de asma desde que era un niño y no se pone mejor con la edad. El asma es una afección terrible, cuando cae la noche nunca estás seguro si te vas a levantar al día siguiente. Ataca los cimientos de la vida, tu respiración. Siempre te sientes como si estuvieras agonizando, a punto de morir.
Debería vivir en las montañas, pero es imposible pintar en las montañas, al menos para mí. Necesito la ciudad, necesito saber que hay gente alrededor caminando, discutiendo, haciendo el amor… viviendo; y sin embargo, rara vez salgo, permanezco siempre en mi jaula. Pero sé que hay gente a mi alrededor, y eso es suficiente.
A menudo pienso que soy muy estúpido, a veces me sorprende mi optimismo. Muchas veces, de hecho, es mi naturaleza, y con una naturaleza como esta nunca debería haber pintado, debería haber sido, no sé, un estafador, un ladrón o una prostituta. Pero fue la vanidad lo que me hizo elegir la pintura, la vanidad y el destino.
Todos los artistas son vanos, añoran ser reconocidos y dejar algo para la posteridad. Quieren ser amados, y al mismo tiempo quieren ser libres. Pero nadie es libre. Algunos artistas dejan cosas notables que, después de cien años, no sirven más. He dejado mi huella; mi trabajo se cuelga en museos, pero tal vez un día la Tate Gallery o los otros museos me enviarán al depósito… nunca se sabe. Aunque para mí eso no es importante, mi vanidad aún me dice que lo es. Pintar dio sentido a mi vida, que de otro modo no hubiera tenido.

FG: ¿Qué me dice sobre la influencia de Picasso?

FB: Picasso es la razón de que yo pinte. Es la figura paterna, que me dio el deseo de pintar. En 1929 vi algunas piezas revolucionarias, “Le baiser” y “Les baigneuses”.
Las figuras son orgánicas; fueron mi inspiración en “La crucifixión”. Picasso fue la primera persona que realizó pinturas figurativas, lo que trastornó las reglas de la representación. Él sugirió la representación sin los códigos usuales, sin respeto por la verdad de las formas, usando un aliento de irracionalidad en su lugar, para hacer la representación más fuerte y directa, de modo que la forma pudiera pasar directamente del ojo al estómago sin pasar por el cerebro.
Picasso abrió la puerta a todos estos sistemas. Traté de poner un pie en esa puerta para que no se cerrara.


Picasso perteneció a esa casta de genios que incluye a Rembrandt, Miguel Ángel, Van Gogh y, sobre todo, Velázquez. Velázquez encontró el balance perfecto entre la ilustración ideal que debía producir y la emoción abrumadora que suscitaba en el espectador. No fue sólo el de la corte española, fue también el psicoanalista del alma humana de la corte española. En cada uno de sus retratos se encuentra la vida y la muerte de sus personajes. Como una línea que se estira desde el principio hasta el fin. Pero fue Picasso quien trastocó todo.

FG: ¿Qué papel juega la fotografía en su obra?

FB: Siempre he estado muy interesado en la fotografía. He observado muchas más fotos que pintado cuadros. Porque su realidad es más fuerte que la realidad misma. Cuando se es testigo de un hecho, a menudo se es incapaz de explicarlo en detalle. Y además, en los interrogatorios policiales, todos los testigos tienen diferentes perspectivas del hecho. Pero cuando se mira una imagen que simboliza un suceso, es posible detenerse sobre el hecho y sentirlo con más fuerza, participar en él más intensamente.
La fotografía, para mí, nos lleva de vuelta al suceso con más claridad, más directamente. La contemplación me permite imaginar mi propia verdad, y la idea que extraigo de esta verdad me ayuda a descubrir otras ideas, y así siguiendo… Mi trabajo se convierte en una cadena de ideas por las imágenes que observo y que registro, a veces sobre sujetos contrapuestos. Busco la sugestión de una imagen en cuanto se relaciona con otra.
Mi fuente principal de información visual es Muybridge, el fotógrafo del siglo XIX que fotografió personas y animales en movimiento. Su trabajo es increíblemente preciso. Creó un diccionario del movimiento, un diccionario viviente. Todo está registrado allí, sin talento ni escenarios, como una enciclopedia de secuencias del movimiento de humanos y animales. Como trabajo sin modelos, es una fuente increíble de inspiración.
Las imágenes también me ayudan a encontrar y darme cuenta de ideas.



Observo cientos de imágenes contrastantes, muy diferentes entre sí, y tomo un poco de cada una, como una persona que come del plato de otras. Cuando pinto, busco pintar una imagen de mi imaginación, y ésta es subsecuentemente transformada.
Llegué a pedirle a un amigo fotógrafo que tomara fotos de hombres luchando, pero no funcionó. La gente piensa que tomo mi movimiento de las fotos, pero no es cierto. Invento lo que pinto. De todos modos, muchas veces es lo opuesto del movimiento natural.


FG: ¿En qué estado estás cuando pintas?

FB: Antes de comenzar a pintar tengo un sentimiento un tanto ambiguo: la felicidad es un incentivo especial, porque la infelicidad siempre será posible más tarde. Es como la vida: es tan preciosa porque la muerte siempre está al acecho. En ese momento sólo tengo una vaga noción de lo que me gustaría hacer. Se podría decir que no tengo inspiración, que sólo necesito pintar. Estoy en un estado de excitación. Comienzo aplicando la pintura manualmente. De esta manera, algo sucede o algo falla.
El proceso creativo es un cóctel de instinto, habilidad, cultura y una lata de fiebre creativa. No es como una droga; es un estado particular donde todo sucede muy velozmente, una mezcla de conciencia e inconsciencia, de miedo y placer; es un poco como hacer el amor. Puede ser tan violento como el sexo, como el orgasmo, como la eyaculación. El resultado es a menudo poco satisfactorio, pero el proceso es muy excitante.

FG: Tu obra es usualmente descripta como violenta…

FB: Mi pintura no es violenta, la vida es violenta. He soportado violencia física, incluso me rompieron los dientes. Sexualidad, emociones, vida cotidiana, humillación personal (sólo tienes que ver televisión); la violencia es parte de la naturaleza humana. Incluso en el más bello paisaje, en los árboles, bajo las hojas los insectos se comen unos a otros; la violencia es parte de la vida.
Naces, tienes sexo, mueres. ¿Qué puede ser más violento que eso? Llegás a este mundo con un grito. El sexo, en especial entre hombres, es un acto muy violento, y no mencionemos la muerte. En el medio, peleamos para protegernos, para ganar dinero, somos humillados diariamente por idiotas estúpidos por razones aún más estúpidas. Entre todo esto amamos o no amamos. Todo es lo mismo de todas maneras, sirve para pasar el tiempo.
Mi obra es una representación de la vida, mi propia vida sobre todo, que ha sido muy difícil. Quizás mis pinturas son muy violentas, pero eso es natural para mí. He sido lo suficientemente afortunado para poder vivir de mi obsesión. Es mi único éxito. No tengo ninguna lección moral que predicar, ningún consejo que dar. Nietzsche dijo: “Todo es tan absurdo que podríamos llegar a ser extraordinarios”. Estoy contento con ser simplemente ordinario.

FG: ¿Qué representa la carne para ti?

FB: ¡La carne es vida! Si pinto carne roja como pinto cuerpos es sólo porque la encuentro muy hermosa. No creo que nadie haya entendido eso jamás. Jamones, cerdos, lenguas, bifes que se ven en el escaparate del carnicero, toda esa muerte. La encuentro muy bella. Y todo está a la venta; ¡qué increíblemente surrealista!
A menudo imagino que el accidente que convirtió al hombre en el animal en que se ha transformado también le sucedió a otros animales (leones o hienas, por ejemplo), aunque el hombre permaneció como un primate. ¿Por qué sucedería esto? Es extraño, nunca he leído nada al respecto, de Darwin o alguien más. Quizás es ciencia ficción, pero es muy interesante. Imagino al hombre colgando en carnicerías para hienas, que estarían vestidas con abrigos de piel. Los hombres estarían colgados por sus pies, o cortados para guisos o asados.
Todos somos carne. Todos los habitantes de este planeta están hechos de carne. Y la mayoría es carnívora. Y cuando haces el amor, es un trozo de carne penetrando otro trozo de carne. No hay diferencia entre nuestra carne y la de un buey o un elefante.

FG: ¿El grito?

FB: Nacemos con un grito; llegamos a la vida con un grito, y quizás el amor es una fina red entre el miedo a la vida y el miedo a la muerte. Esa fue una de mis verdaderas obsesiones. Los hombres que pinté estaban todos en situaciones extremas, y el grito es una trascripción de su dolor.
Los animales gritan cuando están asustados o sufren, también lo hacen los niños. Pero los hombres son más discretos y más inhibidos. No gritan ni lloran excepto en situaciones de dolor extremo. Venimos al mundo con un grito y casi siempre morimos con un grito. Quizás el grito es el símbolo más directo de la condición humana.

FG: ¿La muerte es una obsesión para ti?

FB: Sí, terrible. Una vez, cuando tenía 15 o 16 años, vi a un perro orinando y me di cuenta en ese momento que iba a morir. Creo que existe una dificultad igualmente importante en la vida del hombre. El momento donde se descubre que la juventud se ha ido para siempre. Yo lo entendí ese día. Pienso en la muerte desde entonces. Pienso en ella cada día.

Aun siendo viejo como soy, no dejo de mirar a los hombres… como si algo pudiera suceder, como si la vida fuera a comenzar de nuevo; a veces cuando salgo por la noche, coqueteo como si tuviera 50 años. Deberíamos poder cambiar nuestros motores. Este es el privilegio del artista: no tener edad. La pasión te mantiene joven, y pasión y libertad son seductoras. Cuando pinto no tengo edad, sólo siento el placer o la dificultad de pintar.

FG: ¿Cómo querrías morir?

FB: Rápido.

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